«Venid en pos de mí»
Año XIV, nº 153, Abril 2016
Sumario
1.- Escriben los lectores.
2.- Fé y Razón ¿hermanas o rivales?(Editorial)
3.- La voz de los Papas –La parábola del hijo pródigo. 4.-Comentario al Evangelio – Creer, para después amar.
5.-El milagroso fresco de la Madre del Buen Consejo.
6.-El mayor milagro de la Historia.
7.- Heraldos en el mundo
8.-San Isidoro de Sevilla-El último Padre de la Iglesia Occidental
9.-¿Sabía usted…
10.-La palabra de los Pastores-La Iglesia pertenece a Cristo.
11.-Historia para niños… Un puente hacia el Cielo.
12.-Los Santos de cada día.
13.-Nostalgia del paraíso.
Voz de los Papas
La parábola del hijo pródigo
Dejémonos alcanzar por la mirada llena de amor de nuestro Padre, y volvamos a Él con todo el corazón, rechazando cualquier
compromiso con el pecado.
Comentario al Evangelio – II Domingo de Pascua
Creer, para después amar
Mons. João S. Clá Dias, EP
De la incredulidad a un sublime acto de adoración, al constatar la Resurrección del Señor, las actitudes de Santo Tomás constituyen una valiosa instrucción en la fe para
los hombres del siglo XXI.
El milagroso fresco de la Madre del Buen Consejo
Ella es caritativa, es dadivosa, ayuda, protege, alienta, perdona, restaura,
bendice, calma las tempestades. ¿Qué nos pide para darnos tantos bienes?
El mayor milagro de la Historia
Entre las manifestaciones divinas de misericordia y justicia, ¿en cuál de ellas Dios se muestra más poderoso? ¿Cuál de las dos atrae
milagros más sublimes?
Historia para niños… o para adultos llenos de fé
Un puente hacia el Cielo
Al oír que lo estaban llamando, Lucas miró a su cruz: había quedado tan pequeñita que ni siquiera podía dar un paso sobre ella…
¿Cómo atravesaría aquel terrible precipicio?
Nunca podría negarse que María es
superior a los ángeles en la gracia
y en la gloria. Y los ángeles que la ven
constituida, por su gloria y por su gracia,
sobre su esfera, arrobados de la divina
belleza que resplandece en su rostro,
y anonadados a causa de la divina grandeza en que la contemplan colocada, ejecutan sus mandatos, veneran su nombre y celebran su dignidad.
(P. Ramón Buldú,
Tesoro de Oratoria Sagrada)