La «ciencia» de los santos
Año XVI, nº 183, Octubre 2018

Sumario

1.- Escriben los lectores
2.- Un solo Espíritu, diversidad de dones  (Editorial)
3.- La voz de los Papas –  El amor es la ciencia de los santos
4.- Comentario al Evangelio – El ciego que veía antes de ver
5.- Imitar a los santos para imitar a Cristo
6.- Pobres ricos, ricos pobres
7.- Falsos dioses y falsos profetas
8.- El inesperado fruto de una novena
9.- La familia católica, semillero de vocaciones
10.- Santa María Faustina Kowalska – La grandiosa misión de anunciar la Misericordia
11.- Heraldos en el mundo
12.- Sucedió en la Iglesia y en el mundo
13.- Historia para niños… Poderosísima oración
14.- Los santos de cada día
15.- Las mártires del altar

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Voz de los Papas

 El amor es la ciencia de los santos




También nosotros, con Santa Teresa del Niño Jesús, deberíamos poder repetir cada día al Señor,
que queremos vivir de amor a Él y a los demás, aprender en la escuela de los santos
a amar de una forma auténtica y total.

 

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Comentario al Evangelio –  XXX Domingo del Tiempo Ordinario

El ciego que veía antes de ver

              

La milagrosa curación del ciego Bartimeo nos enseña que la fuente de la verdadera felicidad se encuentra en el ver con los ojos de la fe.

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 El poder de una maternal intercesión

Entre aquellos que ayudan, amparan y consuelan a los habitantes de este valle de lágrimas, destaca Lucilia Corrêa de Oliveira. Madre de admirable bondad, ha demostrado ser maestra en “dar um jeitinho” para resolver las situaciones más complicadas.

 

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 El inesperado fruto de una novena

Deseando dar un paso decisivo en su vida espiritual, el Dr. Plinio resolvió hacerle una novena a Santa Teresita. Y ella le atendió: hizo que encontrase el libro que sería el fundamento de su espiritualidad mariana: el “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen”.

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Historia para niños… o para adultos llenos de fé

 Poderosísima oración

 Al encontrarse con Louise, de rodillas, ante una imagen de la Virgen, el jacobino dio rienda suelta a su cólera: “¡Oye! ¿No sabes que esas devociones fanáticas están prohibidas por la ley?”…

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 Jesucristo es el único amigo verdadero de nuestros corazones.
No están hechos más que para Él;
así que no pueden encontrar descanso, alegría ni consuelo sino en Él.
Amémosle, pues, con todas nuestras fuerzas,
sufriendo todo en silencio por su amor,
que endulza todas las amarguras de la vida,
y que es nuestra fortaleza en los combates que
continuamente necesitamos sostener contra
nuestros enemigos, el mayor de los cuales
somos nosotros mismos.

( Santa Margarita María Alacoque ) 

 

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