Padre de miles de hijos
Año XVII, nº 193, Agosto 2019
Sumario
1.- Escriben los lectores.
2.- Padre de muchas almas y Sinaí de una gracia (Editorial).
3.- La voz de los Papas – Eucaristía y vida interior.
4.- Comentario al Evangelio – Como María, nadie más.
5.- Unidos en un mismo padre.
6.- Las alegrías de la Virgen en su Asunción.
7.- San Esteban de Hungría – Cumplió su vocación en los brazos de María.
8.- ¿Cómo ganar muchas almas para Dios?
9.- La más sublime convivencia con Cristo Redentor.
10.- Santa Clara se hace religiosa.
11.- Heraldos en el mundo.
12.- Sucedió en la Iglesia y en el mundo.
13.- Historia para niños… El poder del perdón.
14.- Los santos de cada día.
15.- Un palacio nacido en el lodazal.
Voz de los Papas
Eucaristía y vida interior
Su profunda obra legislativa, su lucidez y su firmeza en
la lucha contra los errores del modernismo y su ardiente
devoción eucarística dan testimonio de la fe heroica
que ardía en el corazón de San Pío X.
Así lo proclamó Pío XII el día de su canonización.
Comentario al Evangelio – Solemnidad de La Asunción de La Virgen María (Misa de la Vigilia)
Como María, nadie más
Mons. João S. Clá Dias, EP
La Asunción de la Virgen a los Cielos en cuerpo y alma nos
revela los frutos de la escucha fiel de la Palabra de Dios,
que supo guardar en su corazón y poner en práctica.
Unidos en un mismo padre
Si los Heraldos del Evangelio se expanden con fuerza por
el orbe, lo es por sentirse hijos espirituales de un mismo
padre bondadosísimo. Para conocer mejor esta institución,
recorramos la vida de su fundador y entendamos los
objetivos que lo llevaron a fundarla.
Cumplió su vocación en los brazos de María
San Esteban de Hungría podría ser
considerado modelo y patrón de las almas
llamadas por Dios para misiones de colosal
envergadura. ¿Cuál fue el secreto para obtener
la radical transformación de su pueblo?
Historia para niños… o para adultos llenos de fé
El poder del perdón
A partir de aquel día, Matilde ya no fue la
misma. El hermoso gesto de misericordia de la
reina había hecho mucho más para conducirla
a la santidad que las terribles regañinas
de doña Berenguela.
La fiesta de todos los gozos y todas las alegrías, la fiesta del día en que Nuestra Señora, resucitada, fue llevada a los Cielos en cuerpo y alma, habrá sido la mayor celebración realizada en el Paraíso, después de los esplendores retumbantes de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo. María Santísima, la obra maestra de la mera Creación ocupará su puesto junto al trono de su divino Hijo. Podemos imaginarnos que, en ese instante, todas las gloriosas perfecciones de la Madre de Dios brillaron de un modo sin igual: su bondad inmensurable, su suavidad, su soberanía, su dominio, su atractivo, su virginal firmeza, todo se manifestó de manera fulgurante, misteriosamente reluciendo y acentuándose, acentuándose y reluciendo, para maravilla de los ángeles y de los santos que entonces la
contemplaban en la eternidad…
( Plinio Corrêa de Oliveira )
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